¿Qué contiene la historia?
La historia en las aulas puede ser una lección incómoda, sobre todo si has tenido la mala suerte de que tu profesor sólo se dedique a las fechas y los hechos concretos. Sin embargo, es posible enseñar historia de una forma completamente distinta y mucho mejor. De hecho, se puede conceptualizar como algo lleno de historias que a menudo son completamente increíbles pero que ocurrieron de verdad. Es más, en muchas de ellas se puede comprobar lo cerca que están de la realidad. Porque la historia se repite una y otra vez, y como dice el refrán moderno, quien no lo sabe está condenado a cometer los mismos errores una y otra vez. Sí, podemos aprender mucho de la Historia.
Un periodo al que no se suele acceder en la escuela, pero que sin duda ya figura en los libros de texto, es todo el siglo XX. Es habitual pasar por la Segunda Guerra Mundial, como acontecimiento muy significativo del siglo XX, pero no se va más allá. Esto se debe en parte al hecho de que simplemente se dedica más tiempo prácticamente a la historia temprana, que es al principio del curso escolar, cuando todavía se tiene la sensación de que hay tiempo de sobra. Durante el curso escolar, algunas lecciones se abandonan, otras se sustituyen por otras actividades escolares, por lo que es habitual perderse algo. En cambio, el final del siglo XX no debería sufrir por ello.
En él tienen lugar muchos momentos que afectan fundamentalmente al curso de la historia en nuestro mundo contemporáneo. A finales del siglo XX se construyen relaciones que aún hoy son evidentes entre las grandes potencias. Estas grandes potencias toman entonces sus decisiones en materia de Estado, y esto es lo que determina nuestro rumbo. Además, el siglo XX contiene una gran herencia cultural, que no podemos comprender sin el conocimiento de la historia. Pero, de nuevo, ni siquiera llegaremos a conocerlo. Nos corresponde entonces a cada uno de nosotros interesarnos por estos periodos, y si queremos aprender algo nuevo, debemos mostrar nuestra propia iniciativa. En principio, no se trata de un mal método, sino simplemente de que sólo las personas que encuentren el deseo y el tiempo para dedicarse a la historia del siglo XX tendrán estos conocimientos.
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